5 técnicas sencillas para la Sabiduría bíblica para problemas
Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes.
La importancia de cada detalle en nuestras vidas incluso se ve reflejada en cómo nos enfrentamos al sufrimiento y la persecución.
Debemos seguir su ejemplo y ser valientes en nuestra Certeza, confiando en Dios para darnos el valencia necesario para carear cualquier situación.
Jesús advierte a sus discípulos sobre el peligro de contraponer la hostilidad y la concurso al predicar el evangelio, pero también les recuerda que es más valioso ser honrado a Dios que tener miedo a los hombres.
Porque gracias a la Certidumbre, el poder de Dios los conserva para la salvación dispuesta a ser revelada en el momento final. Por eso, ustedes se regocijan a pesar de las diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente.
Por lo tanto, al reflexionar sobre la relevancia del sufrimiento de Cristo en nuestra Certeza cristiana, podemos tener en cuenta lo posterior:
Una de las lecciones más difíciles que nos da Jesús en Mateo 10:21 es la posibilidad de traición y odio incluso en nuestras propias familias.
Estas dos cualidades son fundamentales para predicar el evangelio en medio del sufrimiento y la persecución.
Su sufrimiento y muerte fueron necesarios para cumplir esta obra redentora, demostrando así su amor incondicional por nosotros.
Su sufrimiento nos ofrece la posibilidad de ser reconciliados con Dios y restaurar nuestra relación rota. Aunque pareciera algo contradictorio, en la crimen de Cristo encontramos vida y esperanza.
Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la salvación futura que se revelará en nosotros.
Nosotros nos fatigamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen.
Esto significa que cada here parte de nuestro cuerpo y vida es importante para Él, y debemos tener la misma atención a los detalles en nuestra vida diaria.
Y la esperanza no acarrea vergüenza porque el bienquerencia de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido cubo (Rom 5:5).